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Miembros de la Junta Directiva
Alejandra Alicia Covarrubias Robles

 

Elección Colegio Académico
Sesión 457
6 de junio de 2019

 

 

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Semblanza

 

La Dra. Alejandra A. Covarrubias realizó sus estudios de licenciatura (Facultad de Química), maestría (Investigación Biomédica Básica) y doctorado (Investigación Biomédica Básica) en la Universidad Nacional Autónoma de México en la Ciudad de México. Todos los grados los obtuvo con honores, obteniendo además reconocimientos como “Mejor estudiante de Químico Farmacéutico Biólogo de la UNAM” otorgado por el Instituto Mexicano de Cultura, el Diario de México y el CONACyT, y la medalla Gabino Barreda, otorgada por la UNAM, en maestría y doctorado.


Su participación en el trabajo científico se inició desde el desarrollo de su tesis de licenciatura, la cual desarrollo en el Instituto de Investigaciones Biomédicas. En el proceso de ingreso al posgrado, tuvo la oportunidad de realizar una estancia en el laboratorio del Dr. Herbert Boyer, en la Universidad de California en San Francisco, en donde aprendió los principios teóricos y prácticos de la biología molecular. Este entrenamiento le permitió asimilar las últimas técnicas en esa época para obtener moléculas de DNA recombinante y para aislar y clonar genes bacterianos y de otros organismos. A su regreso continuó con sus estudios de maestría y doctorado bajo la dirección del Dr. Fernando Bastarrachea, prestigiado genetista mexicano. Este período le permitió no sólo aprender genética y fisiología bacteriana sino también aplicar exitosamente las metodologías aprendidas de biología molecular, incluyendo DNA recombinante, en el análisis de la regulación de la expresión genética de genes implicados en el metabolismo de nitrógeno en Escherichia coli. Durante su posgrado logró aislar el primer gen para la enzima glutamina sintetasa, una enzima central en el metabolismo nitrogenado de todos los organismos; así como, descubrir y describir algunos de los mecanismos de control de la biosíntesis de este aminoácido. En esta etapa publicó siete artículos, de los cuales en tres apareció como primer autor, lo cual le mereció al grupo de investigación al que pertenecía un reconocimiento internacional en esta área.


Al término de su maestría obtuvo una plaza como Investigador Asociado B en el Instituto de Investigaciones Biomédicas (UNAM), momento en el que inició la formación de su grupo de trabajo. En 1982 pasó a formar parte del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (UNAM) como Investigador Asociado C y, en 1983, ya con el grado de doctor, fue invitada a unirse al Centro de Investigación sobre Fijación de Nitrógeno (CIFN-UNAM) en Cuernavaca, como Investigador Titular A. En estos años continuó con el estudio de los mecanismos de regulación de la síntesis de glutamina y en los que graduó a tres alumnos de doctorado, cuatro de maestría y uno de licenciatura, cada uno como autores de un artículo publicado en revistas de difusión internacional para un total de seis.


En cumplimiento del compromiso que había hecho con el grupo del CIFN-UNAM, la Dra. Covarrubias inició la exploración del área de biología molecular de plantas, lo cual representó un giro importante en su carrera académica, dado no sólo por la complejidad intrínseca de los sistemas vegetales, sino por la dificultad que implicaba le trabajo experimental, por el tiempo de sus ciclos de vida y las limitaciones en las instalaciones necesarias para su crecimiento y reproducción. El entusiasmo para lograr la meta de introducir la biología molecular al estudio de las plantas en México la llevó, junto con los Drs. Federico Sánchez y Miguel Lara, a plantear nuevos proyectos que marcaron los inicios del desarrollo de esta área en nuestro país. Después de varios meses de exploración y análisis, la Dra. Covarrubias consideró que un tema que requería ser examinado a nivel molecular era la respuesta de las plantas a las condiciones de estrés abiótico; en particular, a las condiciones en las que el agua resultaba limitante. Un ambiente no sólo hostil para muchas especies vegetales, sino que era y es causante de pérdidas enormes y millonarias en cultivos de importancia agronómica, no solamente en México sino en diferentes regiones en el mundo, y que se predecía seguiría aumentando año con año, como ahora nos hemos percatado ante el conocido ‘cambio climático’. Puesto que la especie modelo para muchos de los estudios desarrollados en el CIFN-UNAM era Phaseolus vulgaris (frijol), decidió tomar a la misma como centro de atención para algunas de las preguntas a responder, siendo además un cultivo tradicional de gran importancia alimentaria en nuestro país y en otros países de Latinoamérica y África. Así mismo, adopto a la especie Arabidopsis thaliana como otro modelo de estudio debido a sus ventajas para experimentación y, porque en esos años empezaba a generarse mucha información en diferentes aspectos de su desarrollo y fisiología.


Para obtener un entrenamiento a la altura de lo que representaba este cambio y responsabilidad, la Dra. Covarrubias obtuvo una beca de la Fundación Rockefeller para conocer mejor a los sistemas vegetales y, afortunadamente, fue aceptada para ello en el grupo de la Dra. Virgina Walbot, en la Universidad de Stanford (California, EUA). Esta preparación se realizó en un lapso de tres años, a través de estancias cortas cada año, lo que le permitió no alejarse demasiado de su grupo de trabajo. Aunque el cambio no fue nada fácil, la Dra. Covarrubias inició el primer grupo en México enfocado en estudiar la respuesta a sequía y a otras condiciones de déficit hídrico en plantas, desde un punto de vista molecular, con la idea de abordar preguntas que permitieran entender cuál es el impacto de esta condición adversa en la vida de la planta, cuáles son las moléculas implicadas en la respuesta de defensa de la planta y cómo se regulan y coordina esta(s) respuesta(s) con su crecimiento y desarrollo.


En los años que ha dedicado al estudio de este proceso en plantas cabe destacar el primer reporte sobre genes regulados por sequía en frijol y el segundo reportado en plantas en el mundo. Así también, el descubrimiento de ciertas características en algunas de las proteínas que más se acumulan en respuesta a condiciones de deficiencia de agua y que se conocen como proteínas de embriogénesis tardía o proteínas LEA (por sus siglas en inglés), las cuales se acumulan abundantemente en las semillas secas y en tejidos vegetativos durante condiciones de estrés. La Dra. Covarrubias y su grupo descubrió que las propiedades comunes entre estas proteínas resultaron también ser usuales en proteínas que responden a condiciones de déficit hídrico en organismos de diferentes taxones de la vida, incluyendo al ser humano, por lo que sugirieron (y con el tiempo demostraron para algunas) que este grupo de proteínas, a las que llamaron "hidrofilinas", representan adaptaciones análogas a un problema común en organismos tan diversos como procariotes y eucariotes. El estudio de varias proteínas representantes de este grupo los llevó a proponer primero y demostrar después que éstas no presentan una estructura estable sino más bien flexible; es decir, que pueden adoptar conformaciones diversas, y que por tanto las colocaban en el grupo de las proteínas conocidas como intrínsecamente desordenadas. El papel de las proteínas hidrofilinas tipo LEA en la respuesta a la deficiencia de agua, los llevó a explorar si cambios en el ambiente, asociados a esta condición adversa, eran capaces de promover ganancia de estructura en estas proteínas. Para poder abordar esta pregunta, la Dra. Covarrubias y su grupo iniciaron una nueva aventura al adentrarse, con el apoyo de algunos de sus colegas, en una nueva área como lo es la ‘estructura de proteínas’. Los diferentes enfoques tomados para ello los llevaron a demostrar que ese era el caso. Previo a este hallazgo, en su grupo se había demostrado, por primera vez, que las proteínas LEA son capaces de prevenir la pérdida de conformación nativa y de actividad de ciertas enzimas reporteras cuando se someten a condiciones de baja disponibilidad de agua, por lo que los datos en su conjunto les han permitido proponer que estas proteínas adoptan una conformación particular inducida por el ambiente celular que se genera ante la situación de estrés, lo que a su vez les permite reconocer y proteger a sus moléculas blanco. Estas y otras contribuciones, han merecido el reconocimiento internacional a través de invitaciones a diferentes reuniones científicas y a la escritura de revisiones en estas áreas para revistas de prestigio. Ha recibido alrededor de 50 invitaciones para impartir conferencias en simposia y congresos.


En este camino también exploró la respuesta de la levadura Saccharomyces cerevisiae en la respuesta a estrés osmótico o déficit hídrico, área en la cual su grupo llegó a hacer contribuciones de interés y que mereció invitaciones a congresos nacionales e internacionales y su inclusión en el Comité Organizador del congreso internacional más importante del área International Conference on Yeast Genetics and Molecular Biology.


A la fecha, a los artículos publicados previamente, se suman 66 artículos científicos en revistas de prestigio y difusión internacional en el área de respuesta a estrés ambiental, Actualmente, reúne un total de 82 publicaciones científicas que incluyen siete revisiones y ocho capítulos en libros, a las que se suman 10 revisiones por invitación, 21 artículos de divulgación y dos capítulos para libros de texto. Estas publicaciones reúnen, aproximadamente, 3,500 citas. Su índice H es de 31.


La Dra. Covarrubias también ha participado activamente en docencia impartiendo cursos a nivel licenciatura y posgrado; así como, dirigiendo tesis en los tres niveles. A la fecha ha dirigido 15 tesis de licenciatura, 15 de maestría y 15 de doctorado. Actualmente dirige dos de licenciatura, una de maestría y cinco de doctorado, y ha asesorado a 11 investigadores post-doctorales, de procedencia nacional e internacional. Además de haber participado en múltiples comités asesores, comisiones de admisión, de candidatura, exámenes de grado, etc. de diferentes programas de posgrado de la UNAM y de otras universidades e instituciones de educación superior.


De los alumnos que ha formado académicamente, la gran mayoría, han continuado con su carrera científica, algunos como técnicos académicos o como investigadores post-doctorales en centros de investigación de renombre, y otros ya como líderes de sus propios grupos de trabajo, tanto en la UNAM, en la Universidad de Chapingo, en el Instituto Potosino de Ciencia y Tecnología (IPICyT) en San Luis Potosí; así como, en el Instituto de Recursos Naturales y Agrobiología de Sevilla del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en España, en la Universidad Nacional de Colombia, en el Instituto de Investigaciones en Biodiversidad de CONICET en Argentina, etc.


A las actividades arriba descritas se suman su participación desde los principios de su carrera en varios cuerpos colegiados como, por varios años, en los Consejos Internos del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología, Centro de Investigación sobre Fijación de Nitrógeno, Instituto de Biotecnología, y en los Comités de Docencia de los diferentes centros de trabajo en donde ha laborado; así como, representante ante el Consejo Técnico de la Investigación Científica y en varias Comisiones Dictaminadoras de institutos y centros de investigación de la UNAM. También fungió durante ocho años como Jefe de Departamento en el IBt y ha participado en varios comités técnicos internos; así como, presidente del Comité de Ética del IBt, y en comisiones y en actividades diversas de la Academia Mexicana de Ciencias y de la Academia de Ciencias de Morelos. Por otro lado, ha tenido una participación destacada en múltiples comités de evaluación, tanto de agencias financiadoras como de sociedades científicas nacionales e internacionales; así como, en comités de premios tan importantes como el Premio Nacional de Ciencias y Artes y el Premio México. Ha sido parte de los comités editoriales de revistas prestigiadas como Plant Physiology, Planta y Frontiers in Plant Sciences y ha sido solicitada para revisar artículos sometidos a un gran número de revistas científicas con reconocimiento internacional.


La Dra. Covarrubias ha recibido la distinción como Fellow de la American Association for the Advancement of Science (AAAS) (2003) y el reconocimientoSor Juana Inés de la Cruz que otorga la UNAM (2006). Ha sido receptora de la beca que otorga el SNI de forma ininterrumpida desde los inicios de su carrera (1984), en donde ahora tiene el nivel 3. También es receptora del nivel ‘D’, el más alto que otorga el Programa de Primas al Desempeño del Personal Académico de Tiempo Completo (PRIDE) de la UNAM y, recientemente, obtuvo el Newton Prize 2018, otorgado al proyecto de investigación que sometió en colaboración con el Dr. Caspar Chater y la Dra. Julie Gray de la Universidad de Sheffield del Reino Unido.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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